Jardín de Barretaguren
La historia del beso
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La historia del beso

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La historia del beso

Uno de los momentos más esperados tanto por las parejas como por sus invitados es ese en el que el cura o el oficiante dice la famosa frase de: “Ya podéis besaros”. Es en ese instante cuando se da por oficial el matrimonio y todos los invitados rompen a aplaudir. En Jardín de Barretaguren tenemos que reconocer que es una de nuestras partes favoritas de la ceremonia y tenemos grabados en nuestra retina todos y cada uno de esos besos que a lo largo de estos años se han dado nuestras parejas para sellar su amor.

Fotografía: Olatz Soto

El origen del beso

Muchas son las teorías del origen de esta tradición y todas ellas son bastante plausibles, pero antes de ponernos con ellas tenemos que hablar del origen de los besos tal y como los conocemos actualmente. No se sabe con certeza cuándo comenzamos a besarnos, aunque se cree que este hábito se adquirió hace millones de años cuando las madres daban de comer a sus hijos alimentos parcialmente masticados por ellas, ¿no os parece curioso que ese pueda ser el origen de los actuales besos?

La primera referencia escrita data de 1500 antes de Cristo en textos hindúes, pero realmente fueron los romanos quienes popularizaron esta costumbre. Los romanos desarrollaron tanto la cultura del beso que hasta distinguían entre tres tipos de besos:

  • El osculum: Un beso casto en la mejilla reservado para personas con un estatus social que lo utilizaban como signo de respeto o como seña de agradecimiento por el cierre de algún contrato o acuerdo.
  • El basium: Un beso en los labios reservado para los esposos y/o familiares. De esta palabra se deriva la palabra actual de beso.
  • El savium: Un beso de amantes.
Fotografía: Mick Habgood

Es por todo esto que se cree que, ya que el matrimonio era el cierre de un acuerdo, era natural que el mismo se sellara con un beso. Esta costumbre se fue introduciendo en Europa a lo largo de los años en los que el imperio romano se fue expandiendo a través de la misma, pero no fue casi hasta el siglo XIX cuando el beso adquirió un significado más romántico.

Por otro lado y, teniendo en cuenta que en muchas culturas el contacto físico antes del matrimonio estaba completamente prohibido, besarse delante de todos los invitados suponía la presentación oficial como marido y mujer. Todavía tenemos muy cercana la imagen de la “carabina”, esa persona que acompañaba a las parejas de novios y que les cohibía de tener ningún contacto físico antes del matrimonio. Esta tradición ha estado arraigada durante muchos años y seguro que en nuestra familias hay miembros que se acuerdan de ello por haberlo vivido en primera persona.

Volverán los besos y volveremos a sentirlos cerca

De una forma u otra, el beso ha formado y forma parte importante de nuestras vidas hasta tal punto que el 13 de abril se celebra el día internacional del beso. Aunque el origen de esta celebración no tiene un gran sentido romántico, ya que se empezó a celebrar tras el concurso del beso más largo de la historia, sí busca recordar y homenajear al simple placer del beso por el beso, ya que el acto de besarse es una de las acciones más placenteras del ser humano.

Fotografía: Alejandro Bergado

Ya de vuelta a nuestra ceremonia y, pasados esos primeros nervios que han estado a flor de piel, empezamos a relajarnos. El beso marca ese comienzo de la parte más lúdica del día de la boda y las parejas se presentan ante sus invitados como recién casadas. A partir de ahí, los besos se multiplican, siendo probablemente el día que más besos dan nuestras parejas: ¡qué gusto!

¡Volveremos a besarnos!