Jardín de Barretaguren
El amor y nuestros árboles
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El amor y nuestros árboles

El amor y nuestros árboles

No hace falta que os digamos, una vez más, lo que nos gusta nuestro jardín porque os lo decimos constantemente. Sí, llamadnos pesados si queréis, pero es que es nuestra pasión y así os lo queremos trasladar. Por eso, cuando venís a conocernos, comenzamos nuestra visita por la parte exterior y os contamos nuestra historia para que también seáis partícipes de ella.

Además, no sois pocas las personas que nos soléis preguntar por nuestros árboles, porque algunos son realmente curiosos y no muy típicos de estos lares. Así que, como vuestros deseos siempre son órdenes, os desgranamos curiosidades e historias de algunos de ellos. Allá vamos.

Las naranjas de Jardín de Barretaguren

Dicen que las famosas son las naranjas de la China, pero las nuestras tampoco se quedan atrás. Quienes vinisteis a visitarnos a El Patio de las Bodas ya pudisteis comprobarlo de primera mano. Pero lo que igual no sabéis es que tanto la naranja como la flor de su árbol, la flor de azahar, están estrechamente relacionadas con el mundo de las novias y las bodas. Así, cuando encontramos a esa persona que nos complementa decimos que hemos encontrado a nuestra media naranja; pero, además, en algunos países asiáticos se obsequia con naranjas a las parejas jóvenes e, incluso, en Vietnam, regalar naranjas a alguien significa estar pidiendo su mano.

Nuestro cedro

Los cedros son árboles que pueden llegar a los 50 metros de altura. El nuestro, aunque está cerca de Bilbao, no lo es tanto. Estos árboles, cuyo uso es mayormente decorativo en jardines, tienen una madera que se usa para construir instrumentos musicales (la guitarra es uno de ellos) y para confeccionar objetos de artesanía como cofres y joyeros.

Como curiosidad os contamos que es el árbol más mencionado en la Biblia y que es precisamente en ese libro en el que se menciona que el Primer Templo de Jerusalén fue construido en madera de cedro.

El tejo de Barretaguren: 300 años de vida

El tejo de nuestro jardín está todavía hecho un chaval y eso que tiene ya 300 años, pero es que estos árboles tienen una vida de 1.500 años, así que está todavía en su primera juventud. Es debido a esta longevidad por lo que los pueblos celtas lo consideraba un árbol sagrado, ya que lo asociaban a la inmortalidad. Además, debido a la alta toxicidad de todos sus componentes (excepto su fruto, la baya, el resto del árbol contiene altos niveles de tóxicos), los pueblos cántabros y astures lo usaban como veneno para suicidarse cuando el enemigo los sitiaba o los apresaba.

Pero vayamos con otra curiosidad más bonita: durante la Noche de San Juan era usual que los mozos dejaran bajo las ventanas de sus pretendidas ramas de tejo y que ellas, como muestra de complacencia, les tiraran bayas desde sus ventanas.

El hibiscus o rosa de China

El hibiscus es también conocido como rosa de China, amapola y cayena, entre otros. Su origen es asiático, aunque se extendió a climas tropicales y subtropicales y su presencia es muy usual en países de América del Sur, que es desde donde nuestro antepasado Silvestre Uribarri lo trajo hasta la que fue su casa.

Además de ser un árbol usado con función ornamental, también es usado en cocina, ya que tanto su flor como sus hojas (se suelen cocinar como sustitutivo de las espinacas) y sus raíces son comestibles y en la medicina, sobre todo en la medicina tradicional China, ya que su flor tiene muchas propiedades: reduce la hipertensión, ayuda a la digestión y a eliminar toxinas y baja el colesterol nocivo.

Pero si hay algo que nos ha encantado descubrir de este árbol es que, en algunas zonas de la isla de Cuba (en La Habana y las provincias occidentales), a su flor se la conoce como la flor del beso.

Los cerezos y la primavera

Si hay un árbol que nos regala de forma mágica la llegada de la primavera, ese es el cerezo. Sus flores blancas dan paso a sus frutos rojos, las cerezas, que se recolectan durante muy poco tiempo: sólo desde el final de la primavera hasta el principio del verano.

La Fiesta del Cerezo en Flor, del Valle del Jerte (Cáceres), es Fiesta de Interés Turístico Nacional, pero también se celebran fiestas en honor a este árbol y a su anuncio de llegada de la primavera en otras zonas españolas mediterráneas como son algunos pueblos de Castellón y Gerona.

De todas formas, no podemos pasar por alto que el cerezo es el árbol nacional japonés y es precisamente en Japón en el país en que más fiestas y ceremonias religiosas existen alrededor de su floración, ya que según la tradición nipona, en función de cómo florece este árbol, así será la cosecha agrícola de ese año.

El manzano, el árbol de la fruta prohibida

Su origen parece ser caucásico, aunque los autores no acaban de ponerse de acuerdo. Lo que sí es mayoritariamente aceptado es que es un árbol «domesticado» desde hace más de 15.000 años, ya que desde antaño ha sido muy apreciado por su fruto.

Más allá de su asociación con la tentación, el paraíso y la manzana de Adán y Eva, os queremos hacer partícipes de su significado en la mitología griega: Hera, Atenea y Afrodita se disputaban la pertenencia de una manzana de oro con la inscripción «para la más bella». Paris de Troya fue elegido para dilucidar a quién de las 3 le correspondía tal honor y, después de haber sido sobornado por las 3, se la concedió a Afrodita (que fue quien le presentó a Helena de Esparta y por quien comenzó la guerra de Troya).

Es por esto por lo que, al estar asociada a Afrodita, diosa de la belleza, del amor y del deseo, por lo que en aquella época se lanzaba una manzana a quien era objeto de deseo y si la persona destinataria la atrapaba, significaba que aceptaba ese amor.

Como veis, hasta los árboles de Jardín de Barretaguren están estrechamente relacionados con el amor. No os esperaríais menos siendo quienes somos, ¿no?