Jardín de Barretaguren
Cómo ir a una boda y no morir en el intento
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Cómo ir a una boda y no morir en el intento

Cómo ir a una boda y no morir en el intento

Pronto volverán esos eventos tan románticos y emotivos que muchas y muchos soñamos desde que somos niños; una pareja perfecta, vestimenta impecable, banquete espectacular, Invitados…invitadooos,… ¡invitados!

Los novios van a contar con todo el asesoramiento y los consejos del mundo pero, ser un invitado perfecto y no morir en el intento tampoco es tarea fácil. Desde Jardín de Barretaguren queremos proponerte algunos consejos que te serán útiles a la hora de asistir a una boda.

 Llegada a la iglesia: ¡Corre que llegamos tarde!

 Todavía son muchas las personas que esperan fuera de la iglesia a que llegue la novia. No obstante, lo correcto es hacerlo dentro porque la novia debe ser la última en llegar. Así mismo, es una forma de acompañar al novio mientras aguarda en el altar. Tampoco te olvides de apagar el móvil algo que, aunque parezca obvio, se nos suele olvidar porque estamos tan pendientes de ver a los novios que no es poco común que se nos pase por alto.

Respecto a aquellas personas que, por motivos religiosos o ideológicos no pueden entrar a una iglesia, queda muy feo ir directamente al cóctel. No cuesta nada esperar fuera e ir con el resto de invitados todos a la vez.

 Salida de la iglesia: Yo también quiero tirar algo

A todos nos viene a la mente esa imagen de un matrimonio recién casado, cruzando la puerta de la iglesia hacia la calle donde les esperan todos los invitados tirando eufóricos arroz.

Sin embargo, tenemos que empezar a olvidar esa tradición ya que en ciertas iglesias se ha prohibido  y parece que se está extendiendo también a juzgados y ayuntamientos. Pero eso no significa que perdamos nuestro hueco de colaboración con la ceremonia: las pompas de jabón, los pétalos, las bengalas o el confeti se han convertido en buenos sustitutos del arroz.

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Imagen: Xabi Vide

Tratar con invitados: “¿Y ese quién será?” “La tía abuela del hermano del tío Paco”

Otro detalle que nos suele estresar, sobre todo en las bodas a las que vamos de acompañante, es tratar con el resto de invitados.

Ante todo, por mucho que te lo pida el cuerpo no saques el móvil cuando estés rodeado de personas, eso solo te aísla más y, además, es una falta de educación. Si no puedes evitar coger una llamada, el comportamiento correcto es pedir disculpas y alejarte un poco para atenderla. De lo contrario, olvídate, céntrate en la boda, sé amable, trata de mirar a la gente a los ojos y muéstrate receptivo.

Sé consciente de que habrá muchas personas que también irán de acompañante y tendrán las mismas ganas de integrarse que tú.

Cóctel: Después de tanto nervio, ya hay ganas de picar algo.

El cóctel se considera la clave para empezar la celebración con buen pie; permite la llegada de todos los comensales, facilita las presentaciones, nos anima con las copas y permite la llegada de ese invitado que siempre llega tarde.

Como comentamos en nuestro artículo “El banquete de boda: ¿sigue existiendo?”, cada vez más parejas se decantan por la opción de puestos temáticos o buffets nupciales para la hora del cóctel. Estos, consisten en pequeños puestos temáticos que pueden consistir en comida de todo tipo, desde jamón al corte, hasta sushi o mini-hamburguesas. También se sirven canapés y, como regla básica, debe de haber 4 tipos diferentes y debe ser posible comerlos de un bocado. Aunque suene sencillo, memoriza esta frase: “el cóctel debe satisfacer, pero no saciar”.

Dado que en esta parte de la celebración se crea un ambiente muy informal, el protocolo no es demasiado estricto; no es necesario esperar a que el anfitrión empiece a comer y puedes moverte a tus anchas por el jardín, el salón o el lugar de la celebración.

El cóctail se considera un buen momento para acercarse a los familiares de los novios y presentarse o, simplemente, decir algún cumplido sobre la organización de la ceremonia. No debemos de olvidar que para ellos también es un día muy importante y estarán emocionados.

Como norma de prudencia, si se trata de una boda grande, deben ser los novios o una tercera persona a petición de ellos quien sutilmente y, de una manera natural, se encargue de hacer las presentaciones entre los invitados que no se conozcan.

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Imagen: Marta Etxebarria

El banquete: ¡Al ataqueee!

Una vez terminado el cóctel se da comienzo al banquete. Tradicionalmente, la mesa se preparaba con todos los cubiertos que ibas a utilizar durante la cena o comida y lo mismo sucedía con las copas. Para nuestra tranquilidad esto ha evolucionado y ahora ya no nos tenemos que poner nerviosos a la hora de decidir qué cubierto utilizar para qué plato.

En cuanto todos los invitados están sentados se comienza a sacar la comida. Según te sientes y veas que los platos empiezan a salir anticípate y coloca la servilleta sobre tus piernas. De esa manera no harás esperar al servicio a la hora de colocarte la comida en tu plato.

Mientras dura el servicio, el protocolo en bodas establece que debemos quedarnos en la mesa hablando con las personas de la misma mientras se retira la vajilla. Debemos procurar evitar criticar la comida, sobre todo, si no tenemos confianza con el resto de comensales, siempre son más agradable los comentarios positivos.

Retomando la disposición de la mesa, así como la forma en la que se organizan los platos ha cambiado, las copas y vasos se siguen mantenido en su orden tradicional: suelen aparecer en una fila y, ordenadas de izquierda a derecha, son copa de agua, copa de champán, copa de vino blanco y copa de vino tinto. Todas ellas nos las encontraremos desde el principio ya dispuestas en la mesa y, las actuales tendencias, hacen que no vayan a juego y contengan detalles divertidos.

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Imagen: Volvoreta

 El Baile: ¡Por fin un poco de marcha! ¡Quieta! Que primero van ellos. 

El baile, ese momento que se hace esperar y que es muy temido por algunos, pero imprescindible para todos.

Aunque tradicionalmente solía sonar un vals para abrir el baile, hoy en día, casi todo está permitido, rock, pop, salsa,… Normalmente, la pareja suele escoger una canción de alguna película divertida que les guste a los dos. Según el protocolo, después de que los novios bailen su canción, el novio bailará con la madre de la novia y la novia con el padre del novio.

Respecto a ti, ya habrás logrado confianza con los invitados, tendrás el estómago lleno y, seguro que la copa que tienes en la mano no es la primera: contrólate y no te lances a la pista de baile al estilo Dirty Dancing, ya que después de los padres se incorporarán al baile los padrinos y, entonces, el resto de familiares.

Una vez hayas logrado mantenerte en tu sitio mientras bailaban las personas más cercanas a los novios, ¡prueba superada!, desmelénate y disfruta de la fiesta.

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Imagen: Dani Gonzales