Jardín de Barretaguren
Comuniones: un salto en el tiempo
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Comuniones: un salto en el tiempo

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Comuniones: un salto en el tiempo

Cada vez falta menos para ver a niños y niñas celebrar encantados su Primera Comunión. Aunque las formas de celebrar este acontecimiento han ido variando a lo largo de los años, siempre se han mantenido dos bases fundamentales: la reunión familiar y el significado de pureza e inocencia reflejado en el blanco de los trajes de esos niños y niñas que hacen la Primera Comunión.

Hoy os proponemos dar un salto en el tiempo y  conocer la evolución de la moda y de la forma de celebrar este día.  ¿Y tú? ¿Te acuerdas de tu Primera Comunión?

Años 1945-1960: marineros y novias.

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Las comuniones se celebraban con siete años y predominaba el estilo clásico o lo que hoy conocemos como vestidos de lorzas. Las niñas llevaban vestidos lisos de organdí con cuellos y puños cerrados con un velo de tul que llegaba hasta el suelo y un crucifijo de plata que les colgaba del cuello completaba el conjunto.

En cuanto a los chicos no hay mucho que decir, los trajes de marinero era el estilo más usado y esta tradición ha perdurado en el tiempo.

Del 1960 a los 70: hábitos religiosos

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Esta época se caracteriza por ser muy conservadora, los vestidos dejaron de ser tan exagerados dando paso a un estilo más simple. Fue durante estos años cuando comenzaron a ser obligatorios los cursillos de preparación, conocidos como catequesis.

Llevar un hábito se volvió algo muy común, tanto para niñas como para niños. El crucifijo de plata se sustituyó por uno de madera y el peinado también pasó a ser algo más sencillo; un simple recogido era suficiente.

Sin embargo, esta tendencia no duró mucho y se volvió a los vestidos tradicionales de novia y a los trajes de marinero que, a pesar de las modas, nunca desaparecieron del todo. Esta tendencia se alargó hasta finales de los 90 en los que el estilo libre empezó a hacerse hueco.

Del 2000 a actualidad: estilo libre  

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A partir del año 2000 el protocolo se ha vuelto menos rígido. Aunque a comienzos de esta época la mayoría de padres seguían optando por los vestidos tradicionales, pronto se comenzó a abrir una enorme variedad y los vestidos y trajes  pasaron a tener un aire más fresco, romántico e incluso ibicenco en algunos casos.

Respecto a los complementos, las flores han ido cobrando protagonismo, sobre todo para las coronas, diademas y tocados de las niñas. Aunque hay un complemento que nunca puede faltar como es una cruz.

Los tejidos más utilizados son los de toda la vida: el popelín, el tul, la muselina, el piqué y, actualmente, se está introduciendo con mucha fuerza el lino ya que hay una tendencia hacia la ropa más informal.

En el caso de los niños, ya casi no llevan el traje de marinero sino que optan por un  pantalón, camisa y americana.

Al igual que los trajes y vestidos de comunión, el modo de celebrar este acontecimiento también ha evolucionado. Así, hasta el siglo XVII fue considerado como un acto privado sin ninguna celebración especial ni ceremonias. A partir de esta época, el concepto cambia y se convierte en un acto más parecido a lo que conocemos hoy en día; un evento público en el que la familia y los amigos más íntimos acompañan al protagonista en ese día tan señalado.

Hasta hace unos años, cuando terminaba el acto religioso, todos los invitados se dirigían a las casa de los padres del protagonista y se iniciaba un convite, que había sido previamente elaborado en casa, para ser posteriormente servido en esa vajilla de los días de fiesta que se guardaba como oro en paño.

Hoy en día, se estila celebrar el convite de las comuniones en restaurantes, hoteles y fincas, sitios más grandes que cuentan con zonas diferenciadas: un comedor en el que celebrar la parte gastronómica y otra parte, bien al aire libre, bien en una estancia adjunta, para que los protagonistas de este día puedan jugar y divertirse a sus anchas.

En Jardín de Barretaguren os ofrecemos poder celebrar este día tanto en el interior de nuestra casa como en el jardín. ¡Un día que, sin duda, será inolvidable para todos!